El fin de semana tuve la oportunidad participar en un proyecto increíble de la fundación Construyendo donde aproximadamente 15 familias, todos miembros de la generación IPADE AD 2015-2016, unimos fuerzas, físicas y económicas, para donarle una casa a la familia Sánchez Quintero, la cual hasta ahora vivía en una “casa”  de una sola habitación, techo de lámina y paredes hechas de palitos de madera y adobe.

Así vivían

Así vivirán ahora

Muchos sentimientos y emociones me invadieron este fin de semana.  Primero que nada una gran admiración y agradecimiento a la familia Serrano, la fundadora de esta asociación que lleva más de 7 años cambiando la vida de cientos de familias a las cuales ya les entregaron una casa digna; y lo más bonito fue conocer a uno de sus miembros, Víctor Serrano, el cuál durante todo el fin de semana nos contagió su optimismo, energía y conocimiento para que este proyecto se hiciera realidad. Ojalá que muchos más jóvenes mexicanos fueran como él, que teniendo 25 años dedica muchos de sus fines de semana a ayudar a los más necesitados, algo completamente diferente a tantos ejemplos de Mirreyes, Porkys o NINIS que tenemos en el país.

También tuve mucho coraje al ver las paupérrimas condiciones en las que viven millones de mexicanos, en comunidades sin agua potable, sin ningún tipo de infraestructura y donde siguen arando la tierra con una vaca desnutrida sin ningún tipo de tecnología por lo que el fruto de la misma es mínimo. Lo peor es que esta comunidad que visitamos no está perdida en la sierra, ni a cientos de kilómetros de la capital, esta a tan solo 30 km de Valle de Bravo y 70 km de Toluca, otro ejemplo más del asco de gobiernos y políticos que el Estado de México ha tenido durante los últimos 80 años.

Por supuesto que también me llené de felicidad de ver que sí podemos poner nuestro granito de arena y que juntos sumamos mucho, que fresas no tan fresas nos ensuciamos las manos, cargamos cubetas y trabajamos con la mezcla, y que después de pensar que NUNCA íbamos a terminar, cortamos el listón rojo para entregarle la casa a la feliz familia.

Construir una casa no es fácil y esta experiencia también cambió mi perspectiva de los albañiles, son super-hombres, es irreal lo que cargan y la energía que tienen. Según yo estaba en forma, ando 20 km en bicicleta todos los días, los fines de semana corro 10 km, pero trabajar un fin de semana de albañil me mató, literal estuve día y medio en cama recuperando del agotamiento físico y de la super gripa que agarré. Mis respetos a todos los albañiles de México, que muchas veces trabajan en pésimas condiciones laborales, sin la seguridad adecuada y sobretodo sin la alimentación y el descanso necesario para realizar estas actividades.

De corazón los invito a que participen en alguna actividad similar, es sumamente grato poder dar algo de todo lo que tenemos y les aseguro que recibirán mucho más.

P:D.  Los invito a Bajar @kiubomexico, la plataforma que te permite conocer, comunicarte y evaluar a tus políticos, para ya no tener más ratas en el poder y que los que están trabajen por y para México.